Oposición creciente al EUDR: ¿Es posible evitar cambios en la industria alimentaria?
A medida que se acercan las fechas límite para el nuevo Reglamento de Diligencia Debida de la UE (EUDR), la resistencia de varios sectores de la industria alimentaria se vuelve cada vez más evidente. Las iniciativas destinadas a fortalecer el control de importaciones de alimentos están enfrentando la oposición tanto de productores como de redes comerciales. Sin embargo, la Comisión Europea sigue defendiendo su postura, creyendo que los cambios necesarios deben implementarse para proteger el medio ambiente y la salud de los consumidores.
Recientemente, se llevaron a cabo una serie de reuniones entre representantes del sector alimentario y lobbyistas registrados que se oponen a los cambios inminentes en el sistema de suministro. Los participantes en estas reuniones expresaron su preocupación de que la nueva regulación podría crear barreras adicionales para las importaciones, aumentando significativamente los costos y complicando los procesos de suministro. Ambas partes intentan encontrar un compromiso, pero los expertos advierten que se está acabando el tiempo y cada decisión puede afectar la cadena de suministro de alimentos a nivel global.
Entre los opositores al EUDR se encuentran no solo productores locales, sino también grandes empresas multinacionales preocupadas por las posibles repercusiones para su negocio. En medio del aumento de precios de materias primas y el aumento de los costos logísticos, los cambios podrían representar una carga adicional que no pueden soportar.
Mientras tanto, los representantes de la Comisión Europea subrayan que las reformas son necesarias para alcanzar los objetivos climáticos y mantener la salud del consumidor. Argumentan que las nuevas normas reducirán los niveles de contaminación y mejorarán la calidad de los alimentos, lo que, en última instancia, será más beneficioso que dañino.
En este contexto de creciente presión de ambas partes, las posibilidades de llegar a un compromiso se están reduciendo. Muchos participantes del mercado siguen en la incertidumbre sobre cómo se formarán las nuevas reglas y cómo afectarán a sus modelos de negocio. Los observadores piden un diálogo más activo para profundizar en la comprensión de todas las partes interesadas y encontrar soluciones estables.