El mundo se enfrenta a pagar para apagar la energía verde a menos que se mejoren las redes
Según estudios recientes, si los gobiernos y las empresas energéticas no invierten en modernización y desarrollo de redes eléctricas, el mundo corre el riesgo de enfrentar una situación en la que el uso de fuentes de energía renovables se vuelva económicamente inviable. Con la creciente demanda de energía limpia y los cambios climáticos, la eficiencia de las redes energéticas se vuelve críticamente importante.
Los expertos subrayan que, en las condiciones actuales, los costos de desconectar el exceso de energía verde pueden superar las expectativas de consumidores y productores. Por ejemplo, un exceso de plantas de energía solar o eólica puede llevar a la saturación de las redes eléctricas, obligando a los operadores a desconectar ciertas instalaciones para evitar sobrecargas. Sin embargo, tales prácticas costarán finalmente a la sociedad una suma considerable.
Según el estudio, aproximadamente el 15% de la energía renovable puede quedar fuera de alcance debido a limitaciones en la infraestructura de la red, lo que lleva a pérdidas económicas significativas y a una disminución de la disposición de los inversores para financiar nuevos proyectos. Esto crea un círculo vicioso: la falta de atractivo de inversión para nuevas iniciativas de energía renovable provoca un mayor deterioro de la situación de la red.
Se espera que la situación empeore a medida que se incremente el consumo de energía debido a un mayor uso de vehículos eléctricos y el crecimiento de la proporción de fuentes renovables en el balance energético. Si los gobiernos no logran actuar rápidamente para mejorar la infraestructura existente, corren el riesgo de perder las ventajas temporales y financieras que ofrece la transición a la energía limpia. Las consecuencias económicas pueden ser extensas, afectando tanto a consumidores como a empresas que buscan un desarrollo sostenible.
Los llamados a la acción se están volviendo cada vez más urgentes. Las empresas energéticas, los gobiernos y los ciudadanos deben unir esfuerzos para crear una infraestructura de red más sólida y adaptable, con el fin de evitar costosas desconexiones de energía verde y garantizar un desarrollo sostenible en el futuro.
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